domingo, 24 de mayo de 2015

La lucha de los errantes


Miedo, cinco letras, una palabra y mil significados.
¿Pero miedo de qué, a qué, cómo y por qué?
Sigues esperando mi respuesta,
que inconexa te atormenta.
No quiero desvelarte mis secretos,
que te atormentes por completo
y desaparezcas, efímero entre estrellas;
quiero seguir desnudándome a los pies de tu cama,
y que aparezca el mañana por tu ventana.

Miedo a soñar demasiado (y muy alto),
a vivir en el pasado,
a no dejar de hacerme daño,
a luchar contra mi engaño,
a que desvanezcas por mi tejado,
a que no pares por mis pestañas
a que no te quedes a mi lado,

a no hacerte reír como antes,
a que no tiembles al mirarme,
a que tus ojos no pidan a gritos los míos,
a que tu piel no desespere al tocarme.

Y a que lo entrañable que tenemos, acabe con nosotros,
como acabaron en otras guerras,
luchadores derrotados,
asfixiados y amputados de su más valiosa pertenencia,
la vida misma cuando llora, cuando ríe y cuando ama,
cuando sientes,
y que cuando acaba parezca suficiente.

Porque contigo todo gira, corre, navega y vuela,
porque a tu lado es todo veloz, ágil y frágil,
con predisposición a romperse,
déjame temerte.




Att: Ataque de pánico

lunes, 11 de mayo de 2015

Narcolepsia

Encontré un camino que no era mío,
lúgubre paraje aquel por el que pisas,

mis pies descalzos sobre el barro,
el olor a humedad marchita y el césped mojado.

Las estrellas tintineantes,
como el funambulista del alambre,
aquel que critica sin mirar,
que regala su magia sin pensar,
en como, por qué, ni quién lo dirá,
que traspasa a ciegas la ciudad.

Abrazando las farolas incandescentes
recién encendidas y que pronto iluminarán,
el fuego de tus ojos,

y a su vez,

cesará,

la luz del inmenso mar.


Marabunta de hastío, de sociedades repletas,
rebosantes y faltas de comprensión,
de amor propio y pasión,
por la búsqueda de algo mejor.


Att: Llegando a un sitio pero no aquí.

jueves, 7 de mayo de 2015

Huesos



En el juego como en el amor,
no todo impresiona,
siempre habrá mentirosos y mentidos,
rotos y descosidos,

adueñados de la guerra,
intrínseca al ser sintiente,
adintelada en un marco de lujoso cristal,
pero podrida y ensuciada de perversidad.

Siento querer verte,
y acecharte en tu piso,
siento vivir delante,
del abrigo de tu nido.

Me rodeas de incertidumbre,
me pesas en el alma,
facilitas lo factible,
y dificultas lo indecible.

La rima no aparece,
al buscar en mil recuerdos,
donde antes estaba otro,
donde el daño hizo mella,
y donde ahora, sólo apareces tú,
ceñido a mi ombligo,
besando mis heridas,
durmiendo a mi lado,
viviendo tan deprisa.



Att: Narcótica